20 kilos perdidos

Por fin hoy, puedo decir que he perdido 20 kilos. He llegado a la mitad de lo que me he propuesto perder y es más de lo que jamás pensé que podría conseguir.

Todo empezó cuando en abril 2012, vi unas fotos dónde salía yo. Sabía que estaba bastante pasada de peso, pero no me imaginaba que fuera tanto. Cuando me miraba en el espejo no me parecía que estuviera tan gorda. Pero una foto concretamente me impacto muchísimo y me hizo ver la realidad de mi sobrepeso.

¿Cómo había podido llegar a acumular tantos kilos sin poner un freno?

Estos últimos años, había bajado la guardia, estaba más preocupada por sacar a mi hijo adelante que por vigilar mi peso.

Si que en algunas ocasiones, intente hacer dieta, pero la falta de motivación y de ejercicio me llevaron al fracaso y a perder la esperanza de conseguir quitarme esos kilos. Además, tengo problemas de tiroides y metabolismo lento lo que dificulta aun más el poder adelgazar.

Hasta que esa foto empezó a torturarme por dentro.

Una semana más tarde, el 14 de abril 2012 tome las riendas de mi vida. Había encontrado mi motivación. Tenía que borrar esa imagen de mi mente, de mi vida, y de los ojos de los demás.

Dieta y ejercicio. No hay más secretos para perder peso. En los momentos en los que veía peligrar mi voluntad, solo tenía que mirar la foto para llenarme de fuerzas.

En tres meses, había conseguido quitarme 10 kilos. Luego se me echó el verano encima, y decidí hacer mantenimiento, en el cual perdí 5 kilos más. Y el 14 de enero 2013, de nuevo empecé la dieta, quitándome los 5 kilos que me faltaban para llegar a los 20.

Mi intención es seguir con la dieta hasta el verano, dónde de nuevo empezaré otra fase de mantenimiento. Pues aun me quedan 20 kilos más que perder.

Haciendo exactamente lo mismo, ahora a mi organismo le cuesta más perder. Tengo que hacer el doble de esfuerzos. Pero no me preocupa. Sé que una perdida de peso lenta es más saludable y evita el efecto yoyo. Cuanto más nos acercamos a nuestro peso ideal, más cuesta perder peso.

Yo siempre me digo que es más importante lo conseguido que lo que falta por conseguir. Siempre mantengo en mi mente el total de los kilos perdidos. Hay semanas que no pierdo nada, y es cierto que es desesperante, pero sé que si sigo constante, en cualquier momento la báscula baja a mi favor.

Tengo que mencionar a mi marido por ser mi mayor apoyo. Come todo lo que preparo de dieta sin protestar, nunca me ha pedido que preparara otro tipo de comida, me ayuda en la cocina respetando mis directrices. Cree en mí, me  anima y felicita ante los logros. Tengo mucha suerte de tenerlo a mi lado, lo quiero muchísimo y para mí, es el mejor marido del mundo. Sin él, no habría conseguido llegar tan lejos.

Hemos cambiando nuestra forma de cocinar y alimentarnos. Él también está encantado, ha perdido unos kilitos y está a favor de las comidas sanas y bajas en grasas.

La semana pasada mi marido nos echó una foto al niño y a mí, y de nuevo al verme, tuve una impresión, pero esta vez fue buena. Me di cuenta de la gran transformación de mi cuerpo. Por fin, he conseguido borrar aquella foto de mi mente, forma parte de mi pasado, ya no soy ésa.

He aprendido que se puede comer de todo administrando bien los alimentos. He descubierto nuevas formas de cocinar para no renunciar a ningún alimento. Una alimentación variada permite no cansarse nunca de una dieta. Y más que una dieta, he adoptado una nueva forma de vida.

He tenido momentos en los que he pensado que nunca conseguiría quitarme tantos kilos. A pesar de las dificultades que tengo para perder peso, con cada kilo perdido, me he demostrado a mi misma que si quiero puedo, que nadie me puede ayudar salvo yo misma.

Es muy importante encontrar el momento adecuado para empezar, y sobretodo tener una motivación muy poderosa para no abandonar.

Me quedo con una frase que curiosamente he leído hoy en Facebook:

“El que quiere hacer algo conseguirá un medio, el que no, una excusa.”