Limonada casera y sus beneficios

Desde que Naty comentó en su blog (Leer aquí) que había notado que tomando limonada casera perdía peso con más facilidad, me puse a investigar un poco y descubrí que el limón tiene muchos beneficios para nuestra salud. 

Antes que nada quiero dejar bien claro, que la limonada en si no es ningún milagro anti-grasa. Para perder peso es necesario una vida sana, una dieta equilibrada y hacer ejercicio. Cumpliendo con estos requisitos, la limonada puede ser una buena ayuda para darnos un empujoncito.

Dicho esto, he leído que el limón, permite evitar ciertas enfermedades como el cáncer (no demostrado científicamente) y nos ayuda a curar o mejorar otras como catarros y gripes debido a su gran aporte de vitamina C, así como combatir el colesterol y bajar los niveles de azúcar en la sangre.

Para los que estamos en proceso de adelgazamiento, nos conviene saber que el limón activa el metabolismo por lo que tenemos más energía y quemamos más grasas. Además, el limón mejora la digestión, regula el apetito, elimina toxinas, evita la retención de líquidos, depura e hidrata el organismo.

A nivel externo, también encontramos beneficios para mejorar el aspecto de nuestra piel como la formación de colágeno y elastina que combaten la flacidez. El limón también neutraliza los radicales libres y mejora la circulación sanguínea lo que contribuye a combatir la celulitis. Aplicado directamente sobre la piel ayuda a eliminar el acné.

Pero no todo son beneficios. Las personas con problemas de reflujo o acidez no pueden tomarlo. Abusar del limón puede provocar gastroenteritis y diarreas. Hay que saber también que el limón puro se come el esmalte de los dientes y puede mancharlos.

Como el limón no sienta bien a todo el mundo, os recomiendo tomar la limonada con precaución.

  

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Ingredientes

2 o 3 limones pequeños

1,5 litro de agua

2 cucharaditas de edulcorante líquido

Unas hojas de hierbabuena o menta (opcional)

Preparación

Cortamos y exprimimos los limones. Echamos el zumo y la pulpa en una jarra.

Añadimos el edulcorante al gusto. Cada edulcorante tiene un poder distinto. En mi caso uso Natreen Classic y con dos cucharaditas me basta.

Vertemos agua mineral fría y removemos bien. Guardamos en la nevera preferentemente tapada. En el momento de servir se pueden añadir unos cubos de hielo. Si no tenéis jarra podéis prepararla directamente en la botella de agua mineral.

Se puede aromatizar con hierbabuena. Le da un toque refrescante.

Se puede potenciar el sabor añadiendo rodajas de limón o trozos de piel lavándola muy bien antes.

Podemos usar la limonada para hacer cubitos de hielo, y así añadirlos a nuestros refrescos o simplemente echarlos en un vaso de agua para darle sabor.

 

  

Llevo un mes y medio tomando limonada, y durante todo este tiempo he notado algunas mejorías.

Con el hipotiroidismo siempre andaba cansada, algunos días incluso de no poder tirar de mi cuerpo y siempre con sueño. Ahora, estoy mucho más activa, me muevo más, hago más cosas, necesito dormir menos, no estoy tan cansada.

Después de estar dos meses estancada, un cambio de alimentación y la introducción de la limonada han impulsado de nuevo mi perdida de peso.

Antes, lo confieso no bebía mucha agua. Me daba pereza tener que ir a menudo al baño. ¡Gravísimo error! Beber mucho líquido es primordial no solo para perder peso, sino para el buen funcionamiento de nuestro organismo. 

Beber se hace mucho más fácil tomando limonada, sobretodo en verano que sienta tan bien fresquita y dulce.

Ahora ya me he acostumbrado y no puedo estar sin ella. Todas las mañanas, en ayunas me tomo un vaso, y antes de las comidas otro. El resto del día combino la limonada con infusiones, agua o café. Lo importante es que al final del día tomo entre 1,5 y 2 litros de líquido.